Viajar es descubrir paisajes, rostros, silencios, sonidos, olores...... y melancolía. Es abrir ventanas en tu corazón endurecido por horas y horas de rutina, de absorbente y anodino presente que confunden el aliento de nuestra imaginación.
Viajar es querer retornar a la felicidad del descubrir, a la inquietud por lo desconocido, a la gratitud por recuperar la esencia de vivir pendiente de la perplejidad y del instinto.
